Escrito por Nacho Echevarría
En ocasiones notamos cierto dolor y adormecimiento en la zona glútea, extendiéndose hacía la parte posterior de la pierna. Estos síntomas pueden deberse al mal funcionamiento del músculo piramidal, que se encuentra situado en la parte profunda del glúteo, en la pelvis, cuya función principal es la de rotar externamente la cadera, un mal funcionamiento de este músculo puede generarnos una compresión del nervio ciático, el cual transcurre por debajo de este músculo, generando esa sintomatología que en ocasiones se puede llegar a confundir con una hernia.
¿QUE ES EL SÍNDROME PIRAMIDAL?
Como ya hemos adelantado antes, el síndrome piramidal es un conjunto de síntomas que incluyen dolor lumbar o glúteo referido a la pierna, tiene lugar cuando tenemos una sobrecarga del músculo piramidal, esta sobrecarga puede generarse por algún factor en concreto o puede tener un origen multifactorial.
Por ello, vamos a ver algunos de los factores que pueden predisponer a esta sintomatología:
-Tanto una compresión constante como una posición de acortamiento de este músculo puede generar un espasmo muscular en dicho músculo y por ello generar una sobrecarga del mismo, esta compresión puede darse, por ejemplo, cuando pasamos mucho tiempo sentados.
-Una mala biomecánica puede producirnos un engrosamiento del músculo, el cual se irá sobrecargando con el tiempo.
-Exceso de las cargas durante los entrenamientos.
DIAGNÓSTICO:
El diagnóstico del síndrome piramidal es complicado ya que no existe un consenso, el diagnóstico es en gran parte clínico y de exclusión. La historia clínica suele incluir dolor en la zona glútea, que puede cursar o no con irradiación por la parte posterior de esa misma pierna.
El dolor presentado se agrava con la actividad, al estar sentado o al caminar durante tiempos prolongados.
Durante la marcha es característico caminar con cierta cojera y una posición de la pierna afectada en rotación externa.
Al realizar una palpación sobre el vientre muscular del piramidal o sobre la muesca ciática la sintomatología del paciente se ve aumentada y esta se ve más agravada con una palpación más profunda dirigida lateralmente en la pelvis.
La valoración con los test de Lasègue, Freiberg y Beatty son las pruebas ortopédicas que nos pueden ayudar a confirmar o descartar este síndrome piramidal.
Ahora que ya sabemos un poco más acerca del síndrome piramidal, ¿QUE SINTOMATOLOGÍA PUEDE GENERARNOS?
Los principales síntomas del síndrome piramidal son tumefacción, limitación de la funcionalidad, adormecimiento u hormigueo y dolor en la zona glútea, como ya hemos dicho, la compresión del nervio ciático puede generar sintomatología por la parte medial del glúteo que puede bajar por la parte posterior hasta la corva, resaltar que es complicado que un mal funcionamiento por parte del músculo piramidal nos genere esa sintomatología hasta el pie, de ser así, debería de ser una afectación muy intensa.
TRATAMIENTO:
El estado de acortamiento y el aumento del tono en reposo es el patrón más común en el que se encuentra el músculo piramidal en esta patología. Por ello, desde la fisioterapia el objetivo principal es restaurar el correcto funcionamiento del músculo afectado, remitiendo así dicha sintomatología, para ello, el objetivo inicial consistirá en recuperar la longitud adecuada del músculo y eliminar los puntos gatillos miofasciales o bandas tensas que podremos encontrar en el músculo, de esta forma aliviaremos la presión ejercida del músculo piramidal sobre el nervio ciático.
La realización de estiramientos esta recomendada en el tratamiento del síndrome piramidal, se deben realizar con cautela para que tengan una buena tolerancia por parte de la persona que sufre esta patología, ya que los estiramientos son en las mismas posiciones con las que se provoca dolor en el piramidal.
El patrón de acortamiento del músculo piramidal puede generar secundariamente una rotación externa de cadera y con el tiempo generar un acortamiento del resto de musculatura rotadora de la cadera, aunque en ocasiones puede verse un patrón de rotación interna de cadera en la que el músculo piramidal se encuentra estirado con o sin bandas tensas, por ello, el tratamiento también debe estar dirigido a trabajar sobre la estabilización de la región lumbosacra, el fortalecimiento de la musculatura de la cadera, técnicas de liberación miofascial y a trabajar sobre una correcta biomecánica tanto de la columna lumbar, la pelvis y la cadera.
Es importante trabajar sobre todos los objetivos descritos, haciendo hincapié en tener una correcta biomecánica, ya que podemos eliminar la sintomatología si trabajamos sobre el músculo pero si no trabajamos sobre los posibles factores que pueden predisponer a la lesión tendremos recidivas.
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